Jesús después de estar sin comer 40 días,
fue tentado por Satanás (Lucas 4:1-4).
Luc 4:1 Jesús, lleno del
Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al
desierto
Luc 4:2 por cuarenta días, y era
tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales,
tuvo hambre.
Luc 4:3 Entonces el diablo le dijo: Si
eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
Luc 4:4 Jesús, respondiéndole, dijo:
Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
Mateo 4:1, dice que “fue llevado por el Espíritu al
desierto, para ser tentado por el
diablo”.
Y Marcos
1:12, “Y luego el
Espíritu le impulsó”.
Jesús fue voluntariamente, pero no se
metió deliberadamente en tentación. Marcos emplea una palabra más “fuerte” (impulsar, impeler y empujar. El mismo término griego se emplea en
el ver. 34, “echó fuera”).
Esta difícil serie de tentaciones no fue
algo que Jesús escogiera, sino se sujetó a la voluntad del Padre (Juan 4:34;
6:38).
Jua 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es
que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jua 6:38 Porque he descendido del
cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Pues, antes de comenzar su ministerio
personal en la tierra debía ser probado como siervo fiel (Filipenses 2:6-8;
Hebreos 10:5-10).
Flp 2:6 el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Flp 2:7 sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Flp 2:8 y estando en la condición de
hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz.
Heb 10:5 Por lo cual, entrando en el
mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas
me preparaste cuerpo.
Heb 10:6 Holocaustos y expiaciones por
el pecado no te agradaron.
Heb 10:7 Entonces dije: He aquí que
vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de
mí.
Heb 10:8 Diciendo primero: Sacrificio
y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te
agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley),
Heb 10:9 y diciendo luego: He aquí que
vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto
último.
Heb 10:10 En esa voluntad somos
santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para
siempre.
El Espíritu no le tentó;
el diablo lo hizo. El Espíritu le impulsó al lugar de las tentaciones de
Satanás: “Y
estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba
con las fieras; y los ángeles le servían” (Marcos
1:13).
Jesús confrontó sus tentaciones estando a solas, Marcos solo menciona las
bestias salvajes, que no prestarían socorro sino provocación y molestia. Esto
da énfasis a la soledad de Jesús en cuanto a compañerismo humano. Nadie le
acompañaba. Pero, los ángeles estuvieron en comunión con él (Cf. Lucas
22:43).
Luc 22:43 Y se le apareció un ángel
del cielo para fortalecerle.
No le daban de comer, pues al final de los
40 días tuvo hambre (Mateo 4:2).
Mat 4:2 Y después de haber ayunado
cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
“Y era tentado por Satanás”. Las tentaciones duraron días, y no
solamente al final de los cuarenta días (Lucas
4:2).
Luc 4:2 por cuarenta días, y era
tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales,
tuvo hambre.
Mateo dice que el
tentador vino al final de los cuarenta días y empleó las tres tentaciones
narradas (Mateo
4:2-3).
Mat 4:2 Y después de haber ayunado
cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
Mat 4:3 Y vino a él el tentador, y le
dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
Al parecer, estas tres tentaciones fueron
el clímax de todo el proceso de poner a Jesús a prueba.
Hubo un propósito divino en este arreglo.
Jesús había de probar su propia resistencia al diablo para poder ser nuestro
gran sacerdote (Hebreos 4:14-16).
Heb 4:14 Por tanto, teniendo un gran
sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra profesión.
Heb 4:15 Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Heb 4:16 Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro.
JESÚS CONOCE
EL SUFRIMIENTO CAUSADO POR EL HAMBRE:
El sufrir escasez de alimentos tiene
efectos en la vida espiritual de creyente:
La
aflicción causada por el hambre nos hace volvernos a Dios (Lucas
15:14-24).
Luc 15:14 Y cuando todo lo hubo
malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a
faltarle.
Luc 15:15 Y fue y se arrimó a uno de
los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que
apacentase cerdos.
Luc 15:16 Y deseaba llenar su vientre
de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
Luc 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre!
Luc 15:18 Me levantaré e iré a mi
padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Luc 15:19 Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Luc 15:20 Y levantándose, vino a su
padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia,
y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Luc 15:21 Y el hijo le dijo: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Luc 15:22 Pero el padre dijo a sus
siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y
calzado en sus pies.
Luc 15:23 Y traed el becerro gordo y
matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
Luc 15:24 porque este mi hijo muerto
era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
¿Cuándo se arrepintió el hijo pródigo? Cuando estaba muy afligido por
el hambre (v.17).
Luc 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre!
La aflicción causada por el hambre nos hace
retroceder y abandonar la fe (cf. Número
11:4-6; Hebreos 10:38-39).
Núm 11:4 Y la gente extranjera que se
mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a
llorar y dijeron: !!Quién nos diera a comer carne!
Núm 11:5 Nos acordamos del pescado que
comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las
cebollas y los ajos;
Núm 11:6 y ahora nuestra alma se seca;
pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
Heb 10:38 Mas el justo vivirá por
fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Heb 10:39 Pero nosotros no somos de
los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación
del alma.
Dios conoce nuestras aflicciones (Santiago
5:13, 17-18).
Stg 5:13 ¿Está alguno entre vosotros
afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
Stg 5:17 Elías era hombre sujeto a
pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese,
y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Stg 5:18 Y otra vez oró, y el cielo
dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Dios conoce nuestras pruebas (Santiago 1:2-4; 1 Pedro 4:12).
Stg 1:2 Hermanos míos, tened por sumo
gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
Stg 1:3 sabiendo que la prueba de
vuestra fe produce paciencia.
Stg 1:4 Mas tenga la paciencia su obra
completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
1Pe 4:12 Amados, no os sorprendáis del
fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os
aconteciese,
Y Dios conoce nuestras tentaciones que
enfrentamos (1 Corintios 10:13; Santiago
1:12).
1Co 10:13 No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados
más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación
la salida, para que podáis soportar.
Stg 1:12 Bienaventurado el varón que
soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la
corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Sean pruebas o tentaciones, en cualquiera
de los casos, Dios sabe que podemos superarlas.
De una cosa estamos seguros, en
virtud de su misericordia y providencia, porque Él "hace salir su sol sobre malos
y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:45), y mucho
más, sumándonos en obediencia al evangelio, Dios estará con
nosotros (Venezuela) y Él nos sacará adelante.
El Señor les bendiga.
DESCARGAR PDF