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sábado, 30 de julio de 2016

¡Los Que Guardan… Son Guardados!: "¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo?..." (Nahum 1:6)



I.               La iglesia en Filadelfia había guardado la palabra de Cristo que habla de la perseverancia de Cristo en sus sufrimientos (Hebreos 2:18; 5:8; 13:12; 1 Pedro 2:21; 3:18).
A.   Cristo promete guardar a estos hermanos fieles durante el juicio de prueba anunciado en Apocalipsis 6, por el cual iba a pasar el mundo inconverso (el imperio romano en particular).
1.    Compárese Nahúm 1:6 (una destrucción que Dios enviaría sobre Nínive).
a.    Así, tampoco nadie podría sobrevivir la destrucción de los perseguidores de la iglesia de Cristo (cf. Apocalipsis 2:10) en los primeros siglos de esta era.
b.    Y nadie podrá hacerlo en el Gran Día Final (cf. 1 Pedro 4:12-19).
2.
       3.    El versículo 6 habla de la “crisis económica y alimentaria” que sufrirían los habitantes del planeta, principalmente el imperio romano.
a.
“Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.         6. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.”
b.


CONCLUSIÓN:
  • Dios prometió guardar a la iglesia en Filadelfia de la afectación de su fe por causa de estos males, porque ella guardó su palabra (Apocalipsis 3:10, 12).
  • Hermanos y amigos, ante las crisis severas ¡los que guardan son guardados!

domingo, 24 de julio de 2016

COMUNICADO: "La iglesia de Cristo en esta localidad no ofrece lo que no tiene, no ofrecemos bolsas de comida".

Domingo, 24 de julio de 2016



COMUNICADO

El día 20 del presente mes, uno de los ministros de la iglesia recibió tres llamadas, una llamada al número local y dos al celular, por parte de personas que manifestaban haber recibido folletos identificados con nuestro logo, estas personas manifestaron que quien les entregó el folleto les dijo que “aquí le podían ayudar con bolsas de comida”, lo cual es una gran mentira.

Por lo cual queremos dejar en claro que esta iglesia de Cristo, no se responsabiliza de tal oferta engañosa, pues, esta no corresponde a nuestros parámetros y posibilidades de ayuda. La iglesia de Cristo en esta localidad no ofrece lo que no tiene, no ofrecemos bolsas de comida, ni ninguna otra caridad, salvo la benevolencia a nuestros miembros (1 Corintios 16:1-2).

Creemos que esto es una “broma de mal gusto”, aunque puede tratarse de una campaña de desprestigio contra esta institución divina, cuyas consecuencias pudieran ser de un mal impredecible, pues, imagínese que esa mentira se divulgue por la ciudad y un día domingo se apersonen multitudes en la entrada del local de reunión reclamando tal ayuda ¿qué ocurriría?

Pedimos encarecidamente a los miembros de la congregación abstenerse de ofrecer a la gente, lo que la iglesia no tiene ni ofrece. Nuestra principal tarea espiritual es ofrecer el plan de salvación de Cristo, nuestra edificación en el conocimiento del Señor y la benevolencia a los santos.

Pedimos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que la coyuntura que vive el país por escases de alimentos, no sea aprovechada por la insensatez y malicia de algunos oportunistas que solo buscan satisfacer sus propios intereses. ¡Dios bendiga a los hombres de buena voluntad!

Atte. La junta de varones.

domingo, 10 de julio de 2016

El Hambre, Prueba y Tentación: Jesús después de estar sin comer 40 días, fue tentado por Satanás...

EL HAMBRE
PRUEBA Y TENTACIÓN
Por José Carvajal

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JESÚS PROBADO Y TENTADO
Jesús después de estar sin comer 40 días, fue tentado por Satanás (Lucas 4:1-4).

Luc 4:1   Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 
Luc 4:2  por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 
Luc 4:3  Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 
Luc 4:4  Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

Mateo 4:1, dice que “fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”.

Y Marcos 1:12, “Y luego el Espíritu le impulsó”.

Jesús fue voluntariamente, pero no se metió deliberadamente en tentación. Marcos emplea una palabra más “fuerte” (impulsar, impeler y empujar. El mismo término griego se emplea en el ver. 34, “echó fuera”).
Esta difícil serie de tentaciones no fue algo que Jesús escogiera, sino se sujetó a la voluntad del Padre (Juan 4:34; 6:38).
Jua 4:34  Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 
Jua 6:38  Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 

Pues, antes de comenzar su ministerio personal en la tierra debía ser probado como siervo fiel (Filipenses 2:6-8; Hebreos 10:5-10).
Flp 2:6  el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 
Flp 2:7  sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 
Flp 2:8  y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Heb 10:5  Por lo cual, entrando en el mundo dice: 
Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.
Heb 10:6  Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
Heb 10:7  Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí. 
Heb 10:8  Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 
Heb 10:9  y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 
Heb 10:10  En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

El Espíritu no le tentó; el diablo lo hizo. El Espíritu le impulsó al lugar de las tentaciones de Satanás: “Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían” (Marcos 1:13).

Jesús confrontó sus tentaciones estando a solas, Marcos solo  menciona las bestias salvajes, que no prestarían socorro sino provocación y molestia. Esto da énfasis a la soledad de Jesús en cuanto a compañerismo humano. Nadie le acompañaba. Pero, los ángeles estuvieron en comunión con él (Cf. Lucas 22:43).
Luc 22:43  Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 

No le daban de comer, pues al final de los 40 días tuvo hambre (Mateo 4:2).
Mat 4:2  Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 

“Y era tentado por Satanás”. Las tentaciones duraron días, y no solamente al final de los cuarenta días (Lucas 4:2).
Luc 4:2  por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

Mateo dice que el tentador vino al final de los cuarenta días y empleó las tres tentaciones narradas (Mateo 4:2-3).
Mat 4:2  Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 
Mat 4:3  Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

Al parecer, estas tres tentaciones fueron el clímax de todo el proceso de poner a Jesús a prueba.
Hubo un propósito divino en este arreglo. Jesús había de probar su propia resistencia al diablo para poder ser nuestro gran sacerdote (Hebreos 4:14-16).
Heb 4:14  Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 
Heb 4:15  Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 
Heb 4:16  Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. 

JESÚS CONOCE EL SUFRIMIENTO CAUSADO POR EL HAMBRE:
El sufrir escasez de alimentos tiene efectos en la vida espiritual de creyente:
La aflicción causada por el hambre nos hace volvernos a Dios (Lucas 15:14-24).
Luc 15:14  Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 
Luc 15:15  Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 
Luc 15:16  Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 
Luc 15:17  Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 
Luc 15:18  Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 
Luc 15:19  Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 
Luc 15:20  Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 
Luc 15:21  Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Luc 15:22  Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 
Luc 15:23  Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 
Luc 15:24  porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

¿Cuándo se arrepintió el hijo pródigo? Cuando estaba muy afligido por el hambre (v.17).

Luc 15:17  Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

La aflicción causada por el hambre nos hace retroceder y abandonar la fe (cf. Número 11:4-6; Hebreos 10:38-39).
Núm 11:4  Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: !!Quién nos diera a comer carne! 
Núm 11:5  Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 
Núm 11:6  y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos. 
Heb 10:38  Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Heb 10:39  Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.  

Dios conoce nuestras aflicciones (Santiago 5:13, 17-18).
Stg 5:13  ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
Stg 5:17  Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Stg 5:18  Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

Dios conoce nuestras pruebas (Santiago 1:2-4; 1 Pedro 4:12).

Stg 1:2  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
Stg 1:3  sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
Stg 1:4  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
1Pe 4:12  Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,

Y Dios conoce nuestras tentaciones que enfrentamos (1 Corintios 10:13; Santiago 1:12).
1Co 10:13  No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Stg 1:12  Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 

Sean pruebas o tentaciones, en cualquiera de los casos, Dios sabe que podemos superarlas.
De una cosa estamos seguros, en virtud de su misericordia y providencia, porque Él "hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:45), y mucho más, sumándonos en obediencia al evangelio, Dios estará con nosotros (Venezuela) y Él nos sacará adelante. 
El Señor les bendiga.


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