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viernes, 10 de diciembre de 2010

DEBERES DE LOS HIJOS PARA CON SUS PADRES

DEBERES DE LOS HIJOS
PARA CON SUS PADRES
Por José Carvajal

INTRODUCCIÓN:
Efesios 6:1-3 es una lista de ex­hortaciones prácticas para los hijos. Esta lista es el núcleo para enseñarnos hoy día, la voluntad de Dios respecto a los deberes de los hijos con sus padres. Ignorar la voluntad del Señor en esto, es un pecado que traerá como consecuencia infelicidad en tu juventud, y amargura en la vida.

I.                  ALGUNAS LEYES ANTIGUAS SOBRE  LOS HIJOS.
A.   La civilización romana contemporánea de Pablo incluía algunos aspectos que les hacían la vida muy peligrosa a los niños.
1.     Existía la patria potestas romana, el poder del padre.
a)    Bajo la patria potestas, un padre romano tenía un poder absoluto sobre su familia. Podía venderlos como esclavos, hacerlos trabajar en sus tierras hasta con cadenas, podía castigarlos como quisiera, e incluso condenarlos a muerte.
b)    Además, el poder del padre romano se extendía durante toda la vida mientras el padre viviera. Un hijo romano no alcanzaba nunca la mayoría de edad. Aunque fuera un hombre adulto, aunque fuera un magistrado de la ciudad, aunque el estado le hubiera coronado de bien merecidos favores, permanecía bajo el poder absoluto de su padre.
c)     Es verdad que el poder del padre rara vez se ejercía hasta estos límites, pero sigue siendo verdad que en tiempos de Pablo un hijo era propiedad absoluta de su padre y estaba sometido totalmente a su poder.
2.     Existía la costumbre de abandonar a los bebés. Cuando nacía un niño, se le colocaba a los pies de su padre y, si el padre se inclinaba y le recogía, eso quería decir que le reconocía y quería quedárselo. Si se daba la vuelta y se marchaba, quería decir que se negaba a reconocerle, y el niño se podía tirar, literalmente. Se conserva una carta fechada el año 1 a C. de un hombre que se llamaba Hilario a Aris su mujer. Había ido a Alejandría, y le escribía a su mujer acerca de cuestiones domésticas:
a)    Hilario a su mujer Aris: Saludos muy cordiales, también para mis queridos Bero y Apolonario: Sabe que continuamos hasta ahora en Alejandría. No te preocupes si me quedo aquí cuando todos los demás vuelvan. Te pido y te ruego que tengas cuidado del niño y, tan pronto como recibamos nuestra paga, te la mandaré. Si tienes suerte y lo que nace es un niño, que viva; si es niña, tírala. Le dijiste a Afrodisias que me dijera: «No te olvides de mí. " ¿Cómo me voy a olvidar de ti? Por tanto, te pido que no te preocupes.
b)    Es una carta extraña, tan llena de afecto y, sin embargo, tan despiadada para con la criatura que había de nacer. Un bebé romano siempre corría peligro de ser repudiado y abandonado. En los tiempos de Pablo ese riesgo era aún más pronunciado. […]. Tan pocos niños nacían que el gobierno romano llegó a promulgar una ley que decía que la herencia que pudiera recibir una pareja sin hijos era limitada. Los hijos no deseados se dejaban por lo corriente en el foro romano. Se los podía quedar el que los quisiera recoger y criar para venderlos después como esclavos o dedicarlos a la prostitución.
3.     La civilización antigua era despiadada con los niños enfermos o deformes. Séneca (escritor romano) escribe:
a)    «Matamos a un toro acorneador; ahorcamos a un perro rabioso; le aplicamos el cuchillo a las reses enfermas para salvar la manada; a los niños que nacen débiles o deformes los ahogamos.»
b)    Un niño que presentara síntomas de debilidad y malformación tenía pocas posibilidades de sobrevivir.
c)     Los consejos de Pablo a los padres y a los hijos se situaban en ese trasfondo.
B.   Los hijos desobedientes, bajo el Antiguo Testamento en la Ley de Moisés, eran lapidados (apedreados).
1.     “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde,  que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre,  y habiéndole castigado,  no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre,  y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad,  y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde,  no obedece a nuestra voz;  es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán,  y morirá;  así quitarás el mal de en medio de ti,  y todo Israel oirá,  y temerá” (Deuteronomio 21:18-21).
2.     “El que hiriere a su padre o a su madre,  morirá” (Éxodo 21:15).
3.     “Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre,  morirá” (Éxodo 21:17; Levítico 20:9).

II.               LA LEY DE CRISTO (= Nuevo Pacto o Testamento) PARA LOS HIJOS.
A.   “Hijos,  obedeced en el Señor a vuestros padres,  porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre,  que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien,  y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6:1-3).
1.     6:1 -- "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres".
a)      Véanse Éxodo 20:12; Deuteronomio 5:16.
b)     Jesús pone el buen ejemplo para los niños y lo jóvenes, estando sujeto a José y María (Lucas 2:51-52).
2.     La frase “en el Señor” no significa que deben obedecer solamente a padres “cristianos”.
a)      "En el Señor" significa "de acuerdo con la voluntad del Señor", de acuerdo con la ley de Cristo. Véase Colosenses 3:20. Compárese Ester 2:20.
b)     Los hijos deben es­tar en sujeción a sus padres en todas las cosas, a menos que   haya con­flicto entre la voluntad de ellos y la volun­tad de Dios (Cf. Hechos 4:19; 5:29).
3.     "porque esto es justo", "porque esto agrada al Señor" (Colosenses 3:20).
a)      Agrada al Señor porque es justo y correcto; es ra­zonable y normal.
b)     Los hijos necesitan de dirección. No conviene en ninguna ma­nera que se dejen solos para dirigirse por ellos mismos. No tienen la capacidad para ello; les faltan el entendimiento y la expe­riencia.
c)      La lección más básica que deben aprender todos los niños y adolecentes, es la obediencia, la sujeción a sus padres.
4.     6:2 -- "Honra a tu padre y a tu madre".
a)      La antigua Ley (Antiguo Testamento), dice:
i.                   “Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre.  Y dirá todo el pueblo: Amén” (Deuteronomio 27:16).
ii.                 Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa” (Proverbios 20:20).
iii.              Maldecir es hablar mal de… (“mal-decir” = “decir-mal”).
b)     Jesucristo honraba a sus padres. Estaba sujeto a ellos.
i.                    Y so­bre la cruz le encargó al apóstol Juan el cuidado de María, su madre (Juan 19:26, 27).
ii.                  Aun en su muerte Jesús no pensaba en su pro­pio sufrimiento, sino en el bien­estar de su madre.
iii.                Nuestros padres nos trajeron a este mundo, y nos cuidaban cuando no podíamos cuidarnos solos, nos daban de comer, nos educaban y nos cria­ban. Por todo esto merecen honor.
c)      En Marcos 7:8-13 aprendemos una de las tradiciones más diabólicas inventadas por los fariseos y escribas, una tradición por la cual ellos invalidaron la ley de Dios de honrar a los padres.
i.                   La palabra “Corbán” significa “ofrenda”, como aparece en Levítico 1:2
ii.                 En lugar de usar sus bienes para ayudar a sus padres necesitados, esta tradición humana justificaba al judío para usarlos como una ofrenda dedicada a Dios o echada en el tesoro del templo (Marcos 12:41; Mateo 27:6), y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre” (v.12). ¿Se parece en algo esto a los que en las iglesias piden ofrenda todos los días y le exigen el diezmo y acusan de ladrón a quien no puede darlos?
iii.              ¡Qué hipocresía, que en este caso estos judíos ignoraran las necesidades de sus padres y al mismo tiempo condenaban a Jesús por eso de comer con manos no lavadas (Marcos 7:2)! ¿Se parece en algo esto a los que nos acusan de poner en riesgo la salud de los miembros por beber todos de una copa, como manda el Señor?
d)     Este mandamiento incluyó el cuidado de los padres en su ve­jez. La ley de Cristo requiere la misma cosa (1 Timoteo 5:4, 8).
e)      Nuestra deuda es grande; no terminamos de "recompensarles", ni aun en todos los días de su vida. Nos cuidaban cuando no podíamos cuidarnos solos, y ahora nos corresponde cuidar de ellos cuando ya no puedan cuidarse solos.
5.     "que es el primer mandamiento con promesa".
a)    6:3 -- "para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra".
b)    Véanse Deuteronomio 6:24; 1 Pedro 3:10-12.
c)     ¿Se han preguntado, porqué nos va como nos va? El hecho de que hoy, nos esté hiendo bien económicamente, no significa que todo está bien o siempre nos irá bien.
d)    La obediencia a Dios, desde la juventud, es para nuestro propio bien, y para nuestra propia felicidad.
e)     Mu­chos jóvenes se destruyen solos, viviendo en plena rebeldía. Buscan satisfacción en las cosas del mundo o en el desen­freno total, pero no les va bien.

CONCLUSIÓN:
·       La obediencia a los padres contribuye a un ambiente en el hogar que promueve al bienestar de la familia y prolonga la vida. Además, honra a Dios y respeta lo que él ha establecido. A la inversa, la desobediencia de los hijos destruye la unidad familiar.
·       Pablo les impone a los hijos que obedezcan y respeten a sus padres. Para Pablo, respetar no es solamente de labios para fuera. La verdadera manera de honrar a los padres es obedecerlos, honrarlos y no darles disgustos.