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lunes, 28 de mayo de 2018

LA BIBLIA, LA CULTURA Y SU INTERPRETACIÓN (2) / Al leer la Biblia usamos lo que sabemos del mundo para comprender el mundo de la Biblia.



INTRODUCCIÓN:
·       Debemos reconocer que cuando leemos la Biblia, lo hacemos bajo la  influencia de nuestra cultura.

I.  DEBEMOS ESTAR CONCIENTES DE NUESTRA PROPIA COSMOVISIÓN.
A.    La cosmovisión es la práctica de la observación de las costumbres de los pueblos, es la forma en que vemos e interpretamos el mundo.
B.    Bien, vamos a mirar esta foto de unos pececitos, vamos a pensar en su mundo:
1.     ¿Saben ellos que están mojados? ¿Qué pensarán del agua? No mucho pienso yo, a menos que llegue a faltar el agua, pero mientras están en el agua ni se dan cuenta que están ahí.
2.     Así es la cultura, la cultura nuestra, estamos inmersos en una cultura, vivimos dentro de una cultura como peces en la pecera, y muchas veces ni nos damos cuenta de cómo nos afecta, como nos influye, en cómo afecta la forma en que pensamos y tomamos decisiones.

II. VEMOS EL MUNDO ACTUAL CON NUESTRA COSMOVISIÓN, ASÍ INTERPRETAMOS LAS CULTURAS FORÁNEAS, SEAN PUEBLOS CONTEMPORÁNEOS O BÍBLICOS, ETC.
A.    Es importante reconocer que la Biblia no fue escrita en América o Europa, no fue escrita en el siglo 20 sino con otras costumbres, otras prácticas y muchas veces nosotros necesitamos profundizar un poco para comprender lo que estamos leyendo en la Biblia.
B.    Al leer la Biblia usamos lo que sabemos del mundo para comprender el mundo de la Biblia.
C.    Lucas 15:11-16. Un profesor de teología que viajaba a varios países, preguntó a sus alumnos de distintas nacionalidades “¿Porque tenía hambre el hijo pródigo?”. Y respondieron:
1.     Un estadounidense: “es porque ya todo el dinero que tenía lo despilfarró, no tenía nada para comer porque era irresponsable”.
a.     La palabra “prodigo” se refiere a uno que desperdicia, que es un gastador.
2.     Mientras que un ruso dijo: “es porque hubo escases (v. 14) y cuando hay un hambre así, todo el mundo tiene hambre, nadie tiene para comer”.
a.     ¿Pero porque pensó en eso? la historia de su país ha vivido grandes hambrunas, que nosotros no hemos vivido, pero muchos países sí, y con eso se identificaba.
3.     Un africano contestó: “porque estaba lejos de su pueblo y su familia, lejos de su tribu y todos los que podrían ayudarle, por eso tenía hambre, le faltaba la comunidad”.
a.     Nosotros no pensamos en comunidad, pero allá sí, y reconocían que un muchacho sólo, lejos de su gente fácilmente se metería en problemas, fácilmente padecería hambre.
b.     Es la misma historia en los tres casos y no cambia lo que Jesús quiere enseñarnos, pero las interpretaciones de cada alumno son distintas: despilfarro, hambruna, sin comunidad.
D.    Nosotros también muchas veces leemos distintos detalles pero no el punto más importante.
1.     Muchos editores de la Biblia también lo hacen, y titulan esta parábola “la parábola del hijo pródigo”, y nosotros repetimos lo mismo.
2.     Pero hay algunas excepciones como la versión SCOFIELD que subtitula “el hijo perdido”.
a.     Ambos títulos son diferentes, no es lo mismo “pródigo” (despilfarrador) que “perdido”, sin embargo ninguno de los dos toca el tema central y personaje principal de la parábola.

CONCLUSIÓN:
·       Interpretamos la Biblia con nuestra cosmovisión, y somos influenciados por todo esto, por las ediciones, por nuestras experiencias como los estudiantes de teología por sus experiencias particulares en sus países.  Continuará…

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