EQUIPANDONOS PARA LA BATALLA

EQUIPANDONOS

PARA LA BATALLA

Por Manuel Torrealba

(Efesios 6:12-20)

INTRODUCCIÓN:

En el mundo vemos como algunas personas se disputan las cosas, entrando en guerra por algún beneficio, y emplean estrategias, armas, guerras psicológicas, etc., para lograr sus fines.

Igualmente algunos deportistas, rivalizan en muchas competencias con el propósito de demostrar que “son mejores” que los demás, buscando su propia gloria.

Nosotros como cristianos también estamos en la tarea de prepararnos para enfrentar al rey de este mundo, que se llama Diablo y Satanás. PERO ¿estamos preparados?

I.                   LA ARMADURA DE DIOS.

A.    Ceñidos con la verdad (versículo 14).

1.      Dejar el vicio de la mentira (Efesios 4:25).

2.      Cristiano que no guarde su santidad miente (1 Juan 1:6).

B.     Vestidos con la coraza de justicia (versículo 14).

1.      Evitar realizar nuestra propia justicia (Mateo 6:1).

2.      La justicia es por medio de Jesucristo (Filipenses 1:11).

C.    Calzados los pies con el apresto del evangelio (versículo15).

1.      Conocer bien el evangelio (Romanos 10:14-15).

D.    Tomar el escudo de la fe (versículo16).

1.      Esperanza y convicción (Hebreos 11:1).

a.      La venida de nuestro Señor Jesucristo (Apocalipsis 22:20).

b.      Creer que Él está (Hebreos 11:6).

E.     Tomar el yelmo de la  salvación (versículo 17).

1.      Permaneciendo en la iglesia (Hechos 2:47).

2.      La muerte no puede contra la iglesia (Mateo 16:18).

F.     La espada del Espíritu (versículo 17).

1.      La Palabra de Dios.

a.      Para defender la fe (Tito 1:9-11).

G.    Orando en todo tiempo (versículo 18).

1.      Toda oración y súplica en el espíritu.

a.      Entrega total (Lucas 22:39-44).

2.      Velando en ello con toda perseverancia.

a.      Orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17-18).

b.      Por todos los santos.

CONCLUSIÓN:

Las cosas del mundo que agradan a los ojos, merman el espíritu que hemos recibido como regalo, no podemos dejar que el mundo no los quite.

Debemos buscar lugar y sacar tiempo para la oración.

Porque la falta de oración en el espíritu, apaga el espíritu (1 Tesalonicenses 5:19).