INTRODUCCIÓN:
· El
establecimiento del reino de Cristo fue predicho por el profeta Daniel (Daniel 2:40-44; 7:14).
· Y
se cumplió en tiempos del imperio romano en el siglo I (Lucas 2:1-2; Mateo 2:1; 3:1-2; Marcos 1:14; Salmo 2:1-2; Hechos 4:24-27;
2:36, 40). Desde entonces la invitación a entrar en el reino sigue
extendida.
A. Desde que fue establecido el reino-iglesia de Cristo
hasta hoy, los “violentos” lo conquistan por la fuerza (Mateo 11:12), es decir, se esfuerzan por entrar en él (Lucas 16:16).
1. Estos son los que se niegan a sí mismo (Lucas 9:23).
2. Porque están dispuestos a librar duros combates (como los que hoy vivimos en medio de la
crisis nacional, con extremo desabastecimiento e inflación más severos que los
de 1989)
para entrar y para mantenerse en el reino-iglesia de Cristo (Hechos 14:22; Hebreos 10:32; Mateo 24:13).
A. Se debe tener la seguridad de saber en dónde estamos
ubicados. Cuando nos bautizamos para el perdón de los pecados habiendo creído
en Cristo, arrepentido y confesado su nombre, Dios nos traslada al reino que es
la iglesia (Hechos 2:38, 41, 47; Colosenses 1:13-14; Hebreos 12:28).
1. La iglesia es como “la cabeza de playa de una operación militar en territorio enemigo”,
y entramos en la iglesia mediante el bautismo para el perdón de los pecados
(Hechos 2:38).
a. Donde debemos permanecer unidos en Cristo como fuerza
de ataque (Lucas 11:17).
b. Sin el bautismo
nunca entraríamos en reino de Dios (Juan
3:3, 5).
c. Cabeza de playa: Zona determinada
en una costa enemiga, que una vez conquistada y mantenida, asegura el
desembarco continuo de tropas y materiales y proporciona el espacio de maniobra
necesario para las siguientes operaciones proyectadas en tierra. Es el objetivo
físico de una operación anfibia (Glosario de Términos
Militares).
d. Al emerger de las aguas bautismales tomamos “la
cabeza de playa” con la iglesia.
2. Hemos sido añadidos a la única iglesia bíblica, con el
nombre bíblico que indica pertenencia a Cristo (Romanos 16:16; Efesios 3:15).
3. Es allí donde Cristo nos localizó y mantiene salvos.
4. Por eso, es una gran contradicción, bautizarse
correctamente (para perdón de los
pecados), y luego ir a reunirse en alguna de las tantas sectas o iglesias
protestantes denominacionales.
a. ¡Eso es apostatar
de Cristo, de su doctrina! (2 Juan 9).
CONCLUSIÓN:
· Al obedecer el plan de salvación conquistamos “la
cabeza de playa” en territorio enemigo, venciendo al mundo (1 Juan 5:4-5),
desembarcando con la iglesia de Cristo (Romanos 16:16).
· Ahora debemos CONSOLIDAR nuestra posición para que
organizadamente (1 Corintios 14:40) preparemos el terreno
recientemente conquistado, para poderlo emplear contra el enemigo.
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